El Mundo (Daniel Lozano)


A punto de cumplirse una década de la ola de protestas en las que fue detenido, el ex preso político insta a la Unión Europea a aumentar las sanciones contra el régimen chavista- «La represión selectiva es clave para la dictadura de Maduro»- «La defensa de los reos españoles debería ser un tema de Estado»

Leopoldo López lo tiene claro: volvería a hacerlo. El próximo domingo se cumple una década de su entrega y posterior detención al inicio de las protestas conocidas como La Salida y con la revolución bolivariana dispuesta a reprimirla a sangre y fuego. El ex prisionero político trabaja a caballo entre Madrid y Washington como secretario general del World Liberty Congress, alianza global que reúne a luchadores en contra de las dictaduras. «En el momento que exista la posibilidad, regresaré a Venezuela», reitera en entrevista con EL MUNDO.

Pregunta. ¿Qué busca la revolución al convertir a Rocío San Miguel en una nueva prisionera política?

Respuesta. La represión selectiva es clave para la dictadura. En esta nueva fase, han detenido a defensores de derechos humanos como San Miguel, una activista consagrada durante dos décadas de presencia pública dentro y fuera de Venezuela. Lo hacen para infundir terror a la sociedad civil y a los defensores de los derechos humanos. No queda una ONG o un defensor que no piense que tienen una diana pegada en la frente.

P. El régimen también mantiene desaparecidos a varios miembros de la familia de San Miguel, una práctica denunciada desde hace años.

R. Es una práctica nazi, meter presos a los familiares para presionar a la persona y obtener declaraciones forzosas y confesiones falsas bajo tortura o presión.

P. San Miguel, su hija Miranda y uno de sus hermanos poseen la nacionalidad española. Además, hay otras tres presas políticas y un hombre, Jorge Alayeto, con doble nacionalidad. ¿Ha hecho lo suficiente el Gobierno español en pro de la libertad de todos ellos?

R. Se puede hacer mucho más, primero dando relevancia política y diplomática al tema. Yo esperaría que en las conversaciones que se mantienen con la dictadura no sólo se hablara de las empresas españolas, sino que siempre esté presente este tema de los derechos humanos y, en particular, la defensa de los ciudadanos españoles que hoy están privados de libertad. Y sí, se puede hacer mucho más, es escandaloso que los presos políticos españoles que hay en el mundo estén en Venezuela. Esto debería ser un tema de Estado, competencia principal del Gobierno y de Exteriores y también de las fuerzas políticas en España.

P. ¿Es compatible esta situación con la apuesta del Gobierno de Pedro Sánchez por flexibilizar las sanciones europeas personales contra los jerarcas chavistas?

R. Nunca entendí esta propuesta. Que Madrid plantee flexibilizar estas sanciones supone quitárselas a los responsables del Sebin [la policía política], a la DGCIM (la contrainteligencia militar), jueces o fiscales que han metido en la cárcel a muchos presos, incluidos los españoles. Las sanciones no sólo se deben mantener, sino que ante esta realidad, se debería considerar aumentar la presión a través de sanciones personales. Si la política de máxima presión no funcionó, la de mínima mucho menos.

P. 10 años después de comenzar La Salida, Venezuela sufre esta nueva oleada de represión. Como si el tiempo no hubiera pasado…

R. El tiempo ha pasado y ha sido caro, una tragedia humanitaria para los venezolanos. Hace 10 años, cuando me entregué, hablé de lo que podía venir, una crisis humanitaria, el éxodo, una ola de represión. Y así ha sucedido. El tiempo ha pasado y la dictadura sigue allí. Más de ocho millones, uno de cada cuatro venezolanos, se ha ido al exterior. En estos 10 años, 15.000 detenidos y muchos presos, de ellos algunos han muerto en la cárcel como [Fernando] Albán, [Raúl Isaías] Baduel y otros, muertos a cámara lenta. Hoy, Venezuela disputa el último lugar con Haití de los países más pobres de América Latina. Es campeón, como último país, en materia de Estado de derecho y acceso a la justicia, es un país con la mayor crisis humanitaria del mundo, con un colapso del 80% del Producto Interior Bruto.

P. ¿Qué queda hoy del Acuerdo de Barbados entre el Gobierno y la oposición?

R. La negociación real que se está dando ahora es la de Qatar (entre Caracas y Washington) y no la de Barbados, que es un apéndice de la otra.

P. ¿Cuál debe ser la estrategia futura de la oposición tras la inhabilitación de María Corina Machado?

R. Continuar apoyando a Machado, que no sólo representa la posibilidad de tener una candidatura, también algo más importante como es el liderazgo legitimado por las primarias. Abandonar a María Corina y fracturar la unidad sólo le hace el juego a Maduro.

P. ¿Se volvería a entregar hoy a sabiendas de todo lo que vino después?

R. Sin duda alguna lo volvería a hacer, no me arrepiento en absoluto de nada. Antes de mi entrega y antes de La Salida no se hablaba de Venezuela como una dictadura. Hoy, gracias a este sacrificio, se entiende claramente la naturaleza de Nicolás Maduro. Sin duda, a un altísimo precio.

P. Ha dicho que ante la mínima ventanita regresará a su país.

R. Vivo, sueño y amo a mi país, me dedico a trabajar por Venezuela, ahora desde el LibertyCongress. En el momento en que exista una posibilidad, regresaré para aportar de la manera que me toque. Desde el exilio, nos toca apoyar a la primera línea, que está en Venezuela. Nuestra lucha tiene una dimensión global: si Maduro sigue en el poder es por el apoyo que tiene de las potencias autocráticas.

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