Sin duda la recién promulgada Ley de Educación ha causado una enorme preocupación en una parte importante de los venezolanos. Esta ley, que debió ser el producto del mayor consenso posible, lo que ha hecho es generar mayor polarización y confrontación, sin aportar nada en la resolución de los problemas concretos de la educación.
Es por esto que formulo las siguientes preguntas: ¿nos vamos a quedar en la confrontación?, ¿vamos a hacerle el juego al gobierno al permitir que nos siga dividiendo, esta vez en un tema tan importante como la educación? La lucha es necesaria, la protesta legitima, pero debemos atacar de raíz el problema, el cual nos afecta a todos por igual, sin distinciones políticas. Los problemas que viven diariamente miles de niños en las escuelas del país nos unen en vez de dividirnos. Una parte importante de las escuelas están hoy carentes de lo más básico. ¿Cuántos venezolanos no desean una mejor educación para sus hijos?
Y ¿cómo el ciudadano puede trabajar en garantizar la calidad de la educación? Nuestra propuesta es muy sencilla: conformado redes en las escuelas. ¿La meta?, una red en cada una de las 26 mil escuelas que existen en el país.
¿Quiénes componen esas redes? Docentes, padres y representantes, delegados estudiantiles y la comunidad organizada, esta última con funciones de contraloría social en temas como infraestructura y programas de alimentación, pero no en materia de contenidos educativos. Sobre esta materia solo pueden tener funciones de supervisión los padres y representantes, además de las funciones rectoras que efectivamente debe ejercer el Estado.
De esta forma tenemos un mecanismo concreto para estar incorporados y activados en torno al tema de la educación: presencia permanente para supervisar su calidad. No hay nadas más satisfactorio que ver una mejora o la solución de un problema producto del trabajo de la comunidad a través de la denuncia responsable. Cuando se es gobierno, la responsabilidad de solucionar el problema es directa, cuando se es ciudadano, tenemos como herramienta la contraloría, la denuncia y la protesta social para que ese problema sea abordado por las autoridades.
Gracias a este trabajo de contraloría social en todo el país he tenido la oportunidad de hablar con muchos jóvenes simpatizantes del gobierno, que manifiestan que las misiones educativos impulsadas por el gobierno nacional le han dado la oportunidad de estudiar, percibiendo que antes no existían tales posibilidades, pero inmediatamente muestran preocupación por que sienten que la calidad de la educación que reciben no es la misma que pueden recibir otros jóvenes inscritos en centros de estudio ya consolidados. Esto sin duda genera frustraciones y en el fondo mantiene las desigualdades que es el problema central que hay que atacar. Es por ello que muchos de ellos se han incorporado a este esfuerzo de Redes Populares y al programa de Contraloría Social porque están convencidos de que esos son los verdaderos problemas que hay que afrontar. La masificación y acceso a la educación tiene que venir acompañada de un aumento en los estándares de calidad. No puede haber escuelas de segunda y escuelas de primera. Hay que dejar atrás esa conseja de que lo privado tiene que ser mejor que lo público. No pueden existir diferencias entre un joven formado en una Misión y un joven formado en una institución formal. La educación debe ser generadora de igualdad de oportunidades.
El llamado es a todos los venezolanos que quieran aportar con su trabajo, con su voluntad y con su tiempo para garantizar una mejor calidad de educación para los niños venezolanos, para nuestros hijos. No importa si son simpatizantes del gobierno o simpatizantes de la oposición o si son independientes como lo es la inmensa mayoría. Se trata de incluir para solucionar, incluir para avanzar. Rompamos con la polarización, rompamos con la división.
Si usted, amigo lector, es un padre o representante, miembro de una organización comunitaria, un estudiante o un docente, le hacemos una propuesta concreta: consolide su red, organícese. El primer paso recomendado: el diagnóstico de la escuela. ¿En que estado se encuentra la infraestructura?, ¿funcionan los baños?, ¿los bebederos están en buen estado?, ¿los alimentos que recibe su niño son de calidad y balanceados?, ¿se cumple con el horario y calendario? Son preguntas básicas que nos permiten arrancar el trabajo.
Si deseas más información puedes contactarnos a través del 0800.00REDES.
Leopoldo López.
