Hace menos de 3 años, un grupo de venezolanos salimos a recorrer el país para convocar a líderes sociales y políticos en pueblos, barrios y ciudades con un sueño: convertir a Venezuela en un territorio seguro, y superar la pobreza en paz y democracia.
Miles de personas atendieron el llamado, y comenzamos a construir un movimiento político que desde su gestación honró su compromiso con el trabajo social como la base para construir una organización política renovadora y progresista. Con esa idea sembramos la semilla de Voluntad Popular en los 335 municipios de todo el país, y hoy celebramos que hace un año realizamos nuestras primeras elecciones de base abiertas a todos los venezolanos.
Nacimos practicando la democracia, y por eso propusimos a los venezolanos la tesis de las primarias para escoger los candidatos unitarios a todos los cargos de elección popular. Somos demócratas practicantes, y hoy el partido se ha consolidado como una organización de carácter nacional, con candidatos a decenas de alcaldías, a la gobernación del estado Sucre y acompañando la elección de Henrique Capriles Radonski como nuestro candidato presidencial para reafirmar nuestros sueños y nuestros principios.
Ahora, nuestro compromiso es llevar el sueño de una Venezuela segura a todas partes, especialmente a aquellos lugares donde nunca ha llegado el mensaje de la alternativa democrática. Entendemos cual es el drama social de los venezolanos, cuales son los verdaderos problemas de la gente; por eso hacemos de la seguridad nuestra prioridad.
En la Venezuela que queremos, las instituciones del Estado garantizarán la protección efectiva y cercana a la mayoría de ciudadanos pacíficos y trabajadores. Los sistemas de seguridad y justicia articularán eficazmente la prevención, la persecución y el castigo de los delincuentes, así como su rehabilitación y reinserción e la sociedad.
En la Venezuela que queremos, los fiscales y jueces independientes del poder político impartirán justicia y librarán una guerra a muerte contra la impunidad.
En la Venezuela que queremos, las políticas sociales promoverán la convivencia ciudadana dentro de las comunidades, con un sistema educativo fuerte que garantice la permanencia de los jóvenes en la escuela y promueva su inserción exitosa en el mercado laboral.
Sabemos que la seguridad es una condición indispensable para que los venezolanos podamos ejercer plenamente nuestros derechos ciudadanos. El ejercicio pleno de estos derechos representa el pilar fundamental para la libertad y el progreso de todos.
Nuestra tarea, en los próximos tres meses, será anunciarle a los venezolanos que si hay un camino. Tendremos una Venezuela segura para trabajar, para estudiar, para progresar. Porque si se puede tener seguridad para todos. No estamos condenados a vivir con miedo.
A esas decenas de miles de madres que han perdido a sus hijos por la delincuencia, a esos jóvenes que sufren en carne propia el castigo de la violencia, a esos trabajadores que no se sienten seguros de regresar cada día a su casa; a todos ellos les decimos: sí se puede, hay un camino. Por eso, el domingo 7 de octubre ponemos a disposición la tarjeta de Voluntad Popular para convertir a Henrique Capriles Radonski en Presidente de la República, y abrir las puertas de un futuro lleno de paz, bienestar y progreso para nuestro país. Fuerza y fe, Venezuela.