Nuestro sueño de país, La Mejor Venezuela, está planteado alrededor de una idea, sencilla pero poderosa, Todos los derechos paras todas las personas, sin exclusión, sin privilegios.
Mi pensamiento político
La historia de Venezuela ha estado llena de inclusiones y exclusiones. La cercanía al poder ha determinado quienes tienen acceso a sus derechos y quiénes no. La dinámica polarizante que hemos vivido en las últimas décadas ha llevado a que algunos actores y factores justifiquen buscar el poder simplemente para sustituir a un grupo de ciudadanos por otros.
El quiebre definitivo de ese ciclo perverso es la igualdad de todos. Ahora, ¿qué tipo de igualdad? Proponemos LA IGUALDAD EN DERECHO Y EN OPORTUNIDADES. Es decir, todos los derechos para todas las personas, sin exclusión y sin privilegios. Simple pero desafiante ante nuestra realidad.
Salir de la profunda crisis y transitar hacia el bienestar de todos, tener garantía de seguridad y justicia para todos; y convivir bajo los acuerdos, formas y reglas de la democracia. En mi opinión esto es lo que significa, Todos los Derechos para todos los venezolanos.
No importa si un niño nace en Antímano o en Prados del Este en Caracas, o si nace en Huachamacare o Caname en Amazonas; ese niño debe tener la misma oportunidad de obtener una educación de calidad, acceso a la salud, al deporte, luego a una vivienda y, por sobre todas las cosas, la garantía de su vida. Esa es la Venezuela que merecemos, distinta a la del pasado y muy distinta a la de hoy.
Un país en donde todos seamos iguales en derechos requiere de instituciones independientes, fuertes en su lealtad a la Constitución y no al partido o gobernante de turno. Esta aspiración de una Venezuela en donde reine la igualdad en derechos y oportunidades es una visión poderosa que supone cambios profundos en la manera como están organizadas las instituciones y sobre todo como se relaciona la sociedad y cada venezolano, con el Estado. La politización de la justicia, la manipulación política de los programas sociales y el abuso de poder no tienen lugar en una Venezuela en donde todos los derechos sean para todas para personas.
Conquistar todos los derechos para todos es un desafío que requiere el esfuerzo de millones de venezolanos organizados con un objetivo compartido: La superación de la pobreza en Paz y en Democracia.
Asumamos la Constitución como punto de encuentro entre todos los venezolanos y, por lo tanto, aboquemos nuestra lucha a que se cumpla y que los derechos humanos, sociales, políticos y económicos de los venezolanos sean una realidad para cada mujer y cada hombre que habita en esta tierra. Ese es precisamente el fundamento constitucional de la idea que Todos los derechos sean para todas las personas.
Un país en donde todos los derechos sean para todas las personas exige un estado justo, imparcial, y eficiente, y una ciudadanía respetuosa pero combatiente en la defensa de sus derechos y de sus deberes, plenamente convencida de que el Estado está para servir y no para servirlo. Es de esta manera que se construye una visión de Estado, de sociedad y de la relación que debe privar entre ambos.