Fuente: The Objective

Leopoldo López es una de las voces valientes que se han atrevido a plantar cara al chavismo en Venezuela. Por su oposición al régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el cofundador del partido Voluntad Popular fue castigado con la detención y encarcelamiento hasta que en 2020 consiguió huir del país. Desde su exilio, el político caraqueño conversa con THE OBJECTIVEsobre la esperanza del cambio, la estrategia de la disidencia democrática, la importancia de que la comunidad internacional dé apoyo a las urnas y a las calles en las próximas semanas cruciales y el papel que debe desempeñar España, un país con una destacada presencia comercial en la república caribeña y donde viven casi medio millón de venezolanos que han logrado escapar de la falta de oportunidades económicas y de libertades políticas.

«Maduro ha sido arbitrario por más de una década y han habido 15.000 detenciones arbitrarias en los últimos diez años», recuerda López, que añade los 2.000 arrestados entre los «héroes del 29, en su mayoría jóvenes, que salieron a protestar en contra del fraude y que derribaron estatuas de Chávez en toda Venezuela«. Un escenario que «es solo sintomático de cuando caen dictaduras, pasó con Sadam Huseín, con Gadafi y con el bloque soviético», afirma.

Para el dirigente demócrata, el hecho de que por primera vez sus compatriotas se alzaran y sus protestas llegaran «a dos cuadras del Palacio Miraflores» responde a «un sentimiento de esperanza brutal». «El 28, cuando anuncian el fraude, esa esperanza se transforma en frustración, en rabia, e indignación, un sentimiento de frustración pero motivado por la esperanza» ante el cual la dictadura solo puede reaccionar con «una represión masiva», denuncia.

Según el líder opositor, «Maduro está nervioso, enfadado, frustrado», ya que frente a la voluntad popular, intenta «imponer a sangre y fuego el fraude electoral». «Esperamos que haya resistencia también de países democráticos del mundo, independientemente de que sean de derechas o izquierdas», reclama, pues «las próximas semanas son cruciales» tanto a nivel de «movilización interna» como «en el plano internacional».

Para López, «Venezuela es desde hace mucho tiempo una dictadura y Maduro está buscando endurecerla». Advierte que «Maduro quedó desnudo ante el país y el mundo, quedó desnudo con el 70% de los votos y si a eso le sumas los que estamos afuera, hablamos del 80%». «No tiene apoyo, no tiene arraigo, lo único que cuenta es con la fuerza de los militares, la policía y la manipulación de las instituciones arrodilladas al poder de la dictadura. Eso es lo que le queda a Nicolás Maduro», sentencia.

Otro aspecto fundamental será el control del Ejército. «Empezamos a ver soldados y policías que se quitan el uniforme y se ponen del lado de la gente, eso habla del sentimiento de los militares, que es un sentimiento venezolano igual que el de sus hijos, sus amigos, su familia, que también votaron por Edmundo González y también quieren un cambio», asegura.

Y es que, «si bien es cierto que hay una cúpula muy corrupta de la estructura militar vinculada a todos los negocios de crimen organizado como el tráfico de cocaína, el oro, el petróleo, el contrabando, la realidad es que la inmensa mayoría de los oficiales, suboficiales y soldados están en situación precaria». Ello provoca, según López, que compartan «el mismo sentimiento de la mayoría de los venezolanos», por lo que cree que, «si haces una encuesta en las fuerzas armadas, probablemente quede 70-30».

El representante de Voluntad Popular incide en que deben reconocerse los resultados de las elecciones del 28 de julio. El bloque democrático está dispuesto a negociar y dialogar, pero siempre partiendo de la base de un dato «evidente»: «Que Edmundo González ganó con el 70% de los votos». Por todo ello sostiene que los países que, como España, «buscaron durante años estabilizar su relación con la dictadura» para «plantear relaciones comerciales» se van a ver obligados a posicionarse a favor de la democracia.

En este sentido, aplaude la posición de Felipe González, que lleva diez años apoyando la libertad de los venezolanos, y pide al también expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que rompa su silencio y reconozca aquello que los electores expresaron en las urnas. Se muestra convencido de que ello conviene a las «empresas muy grandes que siguen teniendo una posición importante en Venezuela», como Repsol, BBVA o Movistar. «En el mejor interés de esas empresas, la mejor apuesta es una transición a la democracia, porque es lo que va a permitir un crecimiento acelerado en Venezuela», concluye.

0