Sala de comunicaciones

Las cadenas de Biagio

Por febrero 11, 2011 octubre 1st, 2020 Sin comentarios

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Conocí a Biagio Pilieri hace menos de un mes, el 13 de enero, un día antes de la procesión de la Divina Pastora. Pasé por su casa en Chivacoa acompañado por mi familia para respaldarlo ante la injusticia que sufrió a manos de la jueza Eglée Matute, quien días antes le había impedido viajar a Caracas para juramentarse como diputado por el estado Yaracuy, elegido por más de 97.000 ciudadanos.

Ese día me encontré con un servidor público a toda prueba. Un hombre convencido, entregado a su comunidad, apoyado y querido por su familia y arropado por sus amigos. Una persona íntegra, de fuertes convicciones y mucha lealtad institucional, pero cansada de someterse a la voluntad de fiscales y jueces que no guardan el más mínimo respeto por el Estado de Derecho.

El caso de Biagio, como el de muchos otros que somos perseguidos, es un montaje sin sentido. La semana pasada cumplió dos años preso (desde el 04 de febrero de 2009, primero en el Internado Judicial de San Felipe y luego en su residencia) por haber aprobado un servicio de barrido durante su ejercicio como alcalde del municipio Bruzual. Sus acusadores y rivales políticos, que intentaron convertir la decisión de un buen gestor municipal en un absurdo caso de malversación, nunca han podido probar su acusación. A pesar de ello, el proceso se ha convertido en un calvario judicial.

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En estos 24 meses, Biagio ha asistido a más de 95 audiencias y ha sufrido 110 traslados judiciales. El primer tribunal que conoció el caso tardó 14 meses en constituirse, y el proceso ha sido dilatado por decenas de inasistencias injustificadas de los 4 jueces que han asumido el caso. Por si fuera poco, el fiscal encargado del expediente (Juan de Jesús Gutiérrez Medina, quien ha nutrido su currículo como acusador del periodista Gustavo Azócar y de la jueza María Lourdes Afiuni) promovió una medida cautelar para amordazar a Biagio e impedirle declarar a los medios de comunicación sobre su caso, y evitar que defienda su inocencia ante la opinión pública.

El juicio finalmente llegó a la fase decisiva y, justo cuando los escabinos iban a declarar su inocencia ante la falta de pruebas, una cobarde maniobra judicial impidió que Biagio fuera absuelto y recobrara su libertad. Hace pocos días el TSJ anuló ese juicio y convocó a un nuevo proceso, el tercero, esta vez radicado en Caracas, con la intención de alejarlo de su pueblo, y ahora sí lograr una condena fulminante en un tribunal títere. Cuando supimos que se ejecutaría la medida de traslado forzoso a Caracas, la semana pasada, decidimos volver a Chivacoa para acompañarlo a resistir el enésimo atropello judicial. Allí fuimos testigos de la valentía de un hombre cansado de ser pisoteado, que con gallardía salió al balcón de su casa y se encadenó a la baranda de concreto para resistir el traslado, acompañado de decenas de vecinos y amigos que se lanzaron a la calle en medio de la madrugada.

Las cadenas de Biagio representan la firmeza de su verdad, de su inocencia, de su espíritu inquebrantable de lucha. La imagen de un hombre aferrado a su integridad, que libra una batalla de resistencia pacífica por defender sus derechos, que ahora son también los derechos de 97.000 ciudadanos que lo eligieron como diputado. Biagio sabe que no está solo en ese balcón de Chivacoa. Estamos con él en esa lucha por restituir las libertades políticas en Venezuela. Y esa batalla la libraremos en todos los escenarios, porque cada vez son más los venezolanos que se cansan de ver pisoteados sus derechos. La hora está cerca. Fuerza y fe, Venezuela.

Leopoldo López.

El Nacional

Opinión / 8

Vea en video el mensaje de Biaggio Pilieri a Venezuela

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