En el artículo de cierre del año pasado decíamos que el 2010 presentaría grandes oportunidades para la consolidación de una verdadera alternativa democrática en Venezuela. Hoy, más que nunca, esto es una realidad. En materia de seguridad ciudadana, el año pasado registró la mayor cantidad de homicidios en la historia de nuestro país, al superar los 19.000. En apenas 15 días de este nuevo año, los venezolanos han tenido que sufrir, por un lado, una devaluación de la moneda que impacta dramáticamente el bolsillo del pueblo al reducir de un solo plumazo su ingreso hasta la mitad, y por el otro, la oficialización de un racionamiento eléctrico que, de hecho, ya venía sufriendo todo el interior del país desde hacía 2 años.
¿Por qué llegamos a esto? Sin duda alguna por la falta de planificación y gerencia del Gobierno y por el sometimiento de todas las decisiones que afectan la vida de nuestro pueblo a criterios políticos-
deológicos antes que a criterios técnicos y profesionales.
Y ¿qué podemos hacer? En primer lugar, tenemos que evitar la desesperanza. Las medidas tomadas también buscan generar postración, desesperanza y sometimiento del pueblo venezolano. Debemos hacer que todos los ciudadanos tengan conciencia de ello: lo que se busca es el desánimo, el conformismo y la desactivación. La alternativa democrática debe brindar esperanza a los venezolanos, y creemos que eso es posible informando y explicando en cada rincón del país el impacto y el significado de estos eventos y, al mismo tiempo, presentando propuestas y mostrando cómo solucionaríamos los problemas si fuéramos gobierno. En segundo lugar, estamos obligados a respetar la indignación que sienten los ciudadanos e, incluso, hay que decirlo sin complejos, a promoverla, convertirla en acción y canalizarla de manera democrática.
Debemos organizar el descontento popular. Organización, esa es la palabra clave. Sólo organizados tendremos contundencia en una protesta que busque no la desestabilización, como quiere hacer ver el Gobierno, sino la reivindicación de cualquier derecho consagrado en nuestra Constitución. Sólo organizados haremos marchas y caminatas contundentes. Sólo organizados lograremos obtener la mayoría en la Asamblea Nacional. Sólo siendo mayoría en todas partes, es que superaremos todo los obstáculos y no habrá manipulación de circunscripciones o ley electoral que valga.
La opinión de la mayoría de los actores políticos de que como alternativa democrática no debemos perder el foco con todas estos eventos y concentrarnos en obtener la mayoría en la AN, para desde allí impulsar los cambios que requiere el país, es parcialmente cierta. En lo político, sin dudas, el evento más importante del año 2010 será la elección de los diputados a la AN, pero hay algo que hay que aclarar: no es verdad que un nuevo Parlamento vaya a solucionar todos los problemas del país.
Quienes ejercemos un papel de dirigencia no podemos dar como respuesta: “Vamos a ganar la Asamblea”, ante todos los problemas. El pueblo necesita respuestas para estos problemas concretos de electricidad, de inflación y el alto costo de la vida, el desabastecimiento. La AN es un objetivo estratégico clave, pero no es la solución a todo. Creemos que la respuesta es la organización popular, el trabajo en las comunidades, elevar los niveles de conciencia del venezolano.
El país demanda con urgencia que se comprenda el momento en el vivimos, que los líderes de la alternativa democrática entendamos bien el desafío que tenemos por delante. No se trata sólo de obtener cargos, sino también de crear las condiciones para una profunda transformación del país, y de organizarnos para gobernar la nación.
Leopoldo López.
Columna publicada en diario El Nacional.