Fuente: ABC
«Esto es historia. Pero lo más importante es que nosotros estamos en el lado correcto de la historia». Así, con esta frase esgrimida en sus tiempos de hombre libre por Leopoldo López, clamaba por sulibertad y la de todo el pueblo venezolanoDaniel Ceballos, exalcalde de San Cristóbal, en el vídeo grabado en el interior de la celda de López que ayer difundió la CNN.
En la grabación, que ha logrado sortear las estrictas condiciones del cautiverio impuesto al líder de Voluntad Popular en la prisión militar deRamo Verde, se aprecia cómo ambos disidentes se comunican a través de las ventanas enrejadas de su calabozo, desde las que no dudan en desafiar a los efectivos de las fuerzas de seguridad encargados de la vigilancia del penal en el que ambos permanecían recluidos en el momento de captarse las imágenes, el pasado mes de octubre. Ceballos fue más tarde trasladado a otra prisión y finalmente se decidió mantenerlo en arresto domiciliario por sus problemas de salud.
Antes de abandonar Ramo Verde, Ceballos dio muestras de su coraje junto a Leopoldo López. Ambos reclusos desafían a sus carceleros: «¡Castellanos, después me regala el vídeo!», le grita Ceballos a uno de los mandos militares en la prisión que intenta apagar un tumulto en los bajos de la prisión y que, se colige, está grabando los incidentes. A continuación, López, aferrado a los barrotes de su calabozo, lanza un mensaje a los miembros de la DIM (Dirección de Inteligencia Militar) que resulta ser todo un alegato democrático: «Les recordamos que nuestra lucha es muy concreta, muy clara. Por una Venezuela en la que todos los derechos sean para todas las personas. Que no haya discriminación, que no se abuse del poder, que no se violen los derechos a nadie, que todos tengan acceso a la salud, al trabajo, a una vivienda. Todos los derechos para todas las personas».
Si Ceballos continúa preso pero en casa, las autoridades venezolanas se siguen encarnizando con López, convertido en símbolo de las protestas que a comienzos del año pasado surgieron en todo el país en contra del Gobierno de Nicolás Maduro y que derivaron en enfrentamientos que dejaron decenas de muertos. La imagen de López entregándose a la Guardia Nacional Bolivariana con el puño en alto se ha convertido en un icono demasiado peligroso para un Nicolás Maduro cada vez más cuestionado por la escasez, la inflación y la violencia en las calles.
«Orgullo y fuerza»
Precisamente ayer se cumplió un año y medio desde que López ingresó en prisión. Su esposa, Lilian Tintori, que como las de otros opositores encarcelados no ha cesado de reclamar su puesta en libertad y denunciar lo que considera persecución política de su marido, recordó ayer que él y Ceballos «se tenían que comunicar por una ventana del baño, que está a dos metros y medio del piso». Ahora, contó Tintori, la situación es aún peor. «En ese edificio hay treinta celdas, pero Leopoldo es el único preso», por lo que ya no puede comunicarse con nadie. El celo de sus carceleros es tal que no se le permite tener libros, tomar apuntes o recibir correspondencia. Sus familiares afirman incluso que cuando López ha conseguido conceder alguna entrevista por carta, se le ha enviado a una celda de castigo.
Tintori mantiene que la acusación contra su marido es fruto de una mera maquinación del régimen chavista. Tras dieciocho meses de reclusión no ha podido probarse nada de lo que se le acusa. «Leopoldo no tuvo nada que ver con los episodios de violencia, todo eso lo inventó Maduro», concluyó Tintori, que afirma que las imágenes que este miércoles se hicieron públicas le hacen sentir «orgullo, fuerza y ánimo».
Además de López, otros muchos opositores continúan presos. Según las cifras que maneja las fuerzas de la oposición, en los últimos meses se han producido más de 3.000 detenciones arbitrarias y 72 destacados disidentes continúan presos.
