Fuente: La Patilla
(11.06.15) Toda Venezuela contiene el aliento por el estado de salud de un hombre. Leopoldo López lleva en el huelga de hambre 18 días para exigir que se fije una fecha en la que se celebren elecciones parlamentarias y así se devuelva la cordura democrática al país. Hoy no pudo acudir a la vista de su juicio por su deterioro físico, publica El Mundo de España.
El líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, en huelga de hambre desde hace 18 largos días, mata el tiempo y la necesidad de comer gracias a su nueva afición por la pintura. Las musas llamaron a su celda de la prisión militar de Ramo Verde de la mano de sus dos hijos. Manuela, de cinco años, y Leopoldo, de dos, despertaron de forma trágica su amor por el arte. “Empezó a pintar para decorar el cubículo de 2×3 en el que está aislado y así hacer el lugar más amable para los niños”, explica su hermana Diana.
“Decora la celda con los dibujos la celda para hacerla más amable a sus dos hijos”
López, encarcelado desde el 18 de febrero de 2014 en la prisión de Ramo Verde, se ha convertido en pintor entre los barrotes. Una distracción alentada por su hermana mayor, Diana, la artista de la familia.
El opositor venezolano comenzó a dibujar por amor . Decidió convertir su celda en una suerte de “Kindergarten” para que sus hijos no se asustaran los días de visita. Ahora en lugar de mugrientas paredes y un diminuto ventanuco los pequeños fijan sus ojos en águilas, toros y apacibles paisajes. Y parece que López consiguió su artístico objetivo porque en esa celda de castigo decorada con sus dibujos Leopoldo junior dio sus primeros pasos.
Un diario en pintura
Diana hace memoria y recuerda que fue en mayo del año pasado cuando Leopoldo comenzó a pintar. “Le llevé carboncillos, blocs y varios manuales para aprender a dibujar, explica. Durante una visita al penal, pensaron que el dibujo, además de su función decorativa, también sería una buena terapia para mantener la cabeza ocupada. “El tiempo en la cárcel pasa muy despacio. Es un gran lector y también reza mucho. Pero buscábamos otros canales para su distracción y así llegamos a la pintura”, explica su hermana y mentora en el mundo del arte.
“Hablamos tras una reja. No pude tocarle ni comprobar cómo se encontraba”
A pesar de que es un principiante, el político disidente ya cataloga sus obras en dos clases. Una, sus memorias del paisaje venezolano, en las que también incluye dibujos sobre la fauna del país: caimanes, cóndores, águilas y tigres. Y otra, su registro visual de su vida en cárcel. Desde octubre de 2014 plasma a carboncillo todo su entorno y todo aquello que ve a través de los barrotes. Una especie de diario en imágenes de su calvario. A ese periodo pertenece el único autorretrato que ha realizado y que EL MUNDO.es reproduce en exclusiva. Su hermana mayor fecha el dibujo entre los meses de julio y agosto. Ella cataloga y guarda todos las obras que Leopoldo produce durante sus largos días de confinamiento.
“Ha perdido 13 kilos”
De hecho, la última persona que vio al político venezolano tras las rejas de la prisión de Ramo Verde fue Diana. “Está muy delgado, ha perdido 13 kilos. Pero me dijo que se sentía bien y que aún tiene fuerzas para seguir luchando”, explica.
Como de costumbre desde hace ya más de un año acudió al penal junto a su madre. Pero la visita del pasado sábado fue más breve de lo normal. “Sólo nos dejaron hablar con él cinco minutos y siempre tras una reja. No pude tocar ni comprobar de cerca cómo se encontraba mi hermano”.
La conversación familiar no fue privada. Estaban rodeados de efectivos militares que portaban armas de fuego pero aun así hablaron de los presos políticos, de Felipe González y del Papa. Diana iba armada con dos libros y varios periódicos (entre ellos un ejemplar de ‘El Nacional’). Pero esta vez no pudo hacer entrega de tan peligrosa munición. “Mi hermano me pidió la prensa y un libro, pero en esta ocasión no me permitieron darle nada, excepto un rosario bendecido por el Papa Francisco. Es una persona muy religiosa”.