Seguimos recorriendo los caminos de toda Venezuela, estrechando manos y escuchando los problemas que siguen aquejando a nuestros hermanos en cada rincón del país. Problemas que no encuentran solución en un Gobierno central despreocupado ante el drama cotidiano de los venezolanos, que además adelanta una feroz ofensiva centralizadora en medio de su apetito insaciable de poder.
En el pasado artículo expuse las razones por la cuales creo que el Estado Nueva Esparta debe votar por un hombre como Morel; Lara por Henri Falcón; los aragüeños por Richard Mardo y los trujillano por José Hernández. Seguimos nuestro recorrido convencidos de que Sucre merece un gobernador como Hernán Núñez; Bolívar a uno como Andrés Velásquez; Portuguesa a Iván Colmenares y los cojedeños a un hombre como Alberto Galindez.
El próximo 16 de diciembre es el momento de defender nuestras regiones, consolidar los liderazgos que encabezan gestiones eficientes y conquistar nuevos espacios para llevar paz, bienestar y progreso a millones de venezolanos.
Es hora de darle al estado Falcón un gobernador combativo como “Goyo” Graterol; un hombre comprometido con el progreso y capaz de resolver los problemas de luz, agua e inseguridad que aquejan cada día a los falconianos, atropellados por un gobierno regional servil e incapaz de defender sus derechos.
Estamos seguros de que Pablo Pérez es el líder fuerte, sobrio y capaz que necesita el estado Zulia. Un hombre que ha desarrollado una gestión marcada por la innovación, la sensibilidad social y la gerencia pública eficaz, que debe seguir avanzando cada día, durante los próximos cuatro años, en la construcción de un Zulia de progreso y tranquilidad para todos.
Es tiempo que esos hombres y mujeres del llano, que comprometen su vida a trabajar con amor y esfuerzo la tierra, sean apoyados desde las gobernaciones de Apure y Barinas por líderes arraigados en sus estados como Luis Lippa y Julio César Reyes; dos hombres que no solo muestran una sobrada reputación de eficacia en la gestión de los recursos, sino que han sido hombres de amplitud, diálogo e inclusión, imprescindibles para darle voz a todos en una región donde reina el silencio y el miedo.
Del otro lado de nuestra Venezuela, en el hermoso delta del Orinoco, necesitamos el liderazgo valiente de Arévalo Salazar para rescatar uno de los rincones olvidados por el gobierno central, donde reina la pobreza y los recursos petroleros salen para Caracas, pero no regresan en forma de inversión pública y desarrollo. Delta Amacuro necesita un nuevo gobernador para que se convierta, de una vez por todas, en una prioridad nacional.
En los andes vamos a consolidar la mayoría democrática sólida que demostramos el pasado 7 de octubre, con la reelección de César Perez Vivas en Táchira y la conquista de la gobernación de Mérida con Léster Rodríguez, líderes firmes y combativos, fundamentales en la lucha democrática contra el embate centralista y comprometidos con el bienestar y la tranquilidad de los tachirenses y merideños. (http://tinyurl.com/cwpnywx)
Por esa misma razón, Yaracuy necesita de un liderazgo honesto y comprometido como el de Biagio Pilieri, quien ha demostrado capacidad de organización, gerencia eficaz y, especialmente, amplitud y solidaridad con el prójimo. Como víctima directa de las arbitrariedades del Estado, ha entendido que les momento de pasar la página de la confrontación y el odio en Venezuela.
Y finalmente en el estado Miranda no hay ninguna duda: la mejor opción es la de mi hermano Henrique Capriles Radonski, quien no solo ha consolidado una gestión excelente para cambiar la vida de decenas de miles de personas; también ha sabido sembrar un liderazgo sereno y sólido, capaz de encontrar a todos los mirandinos en un solo camino: el del progreso para todos por igual.
La cita es en poco más de dos semanas, y no podemos perder la oportunidad de llevar a todos los rincones del país el aire fresco de una alternativa política capaz de ilusionar, de plantear soluciones eficaces a los problemas del día a día y de defender el modelo democrático del Estado Federal de Derecho y de Justicia plasmado en las páginas de nuestra Constitución. Fuerza y fe, Venezuela.