El domingo pasado Caracas se desbordó con una marea tricolor que recorrió con alegría y esperanza las avenidas Francisco de Miranda, Francisco Solano, Libertador, México y Universidad para desembocar en la plaza Caracas y abarrotar las calles del centro de la capital. Fue una marcha espontánea, festiva y masiva como no se había visto en muchos años. Sin incidentes violentos y sin miedo. Una muestra de que el cambio político que tanto hemos sembrado por todo el país ya se siente como una realidad palpable, encarnada en la candidatura unitaria de Henrique Capriles.
En total, 1 millón de voluntades que cruzaron la ciudad de Caracas fueron testigos de excepción de un hecho histórico. Se pusieron al frente de la lucha por la construcción de un país de paz, bienestar y progreso. Ellos representan la fuerza de este proyecto de cambio que desde hace meses recorre todo el país casa por casa, puerta por puerta, para llevar a los venezolanos el mensaje de un futuro mejor, con empleo y seguridad para todos.
Esta última semana hemos sido testigos del contraste entre las dos propuestas que Venezuela tiene sobre la mesa. El otro candidato presentó su candidatura en un evento financiado indebidamente con recursos públicos, en medio de una movilización basada en la coacción abierta sobre miles de empleados y funcionarios del Estado. En su presentación promovió la confrontación y la violencia con un modelo gastado e ineficaz, representado por un gobierno incapaz de ofrecer respuestas a los problemas de los venezolanos y que ofrece como resultado de su gestión de 13 años un país dividido y estancado.
La inscripción de Henrique en el Consejo Nacional Electoral fue un compromiso histórico con 30 millones de venezolanos para la construcción de un futuro de progreso y seguridad para todos. Fue el retrato de un sólido proyecto unitario que se viene construyendo desde hace años por todo el país y que suma a decenas de organizaciones políticas, cientos de dirigentes sociales y miles de líderes comunitarios que siembran cada día, con su trabajo y esfuerzo, la semilla del cambio en todos los rincones del país.
Esta semana abrimos una nueva etapa en este largo camino. Estamos a solo 115 días de abrir las puertas del futuro, y debemos sumar a esos millones de compatriotas que no están convencidos, que tienen miedo, que cayeron en la apatía o que han sido chantajeados por el poder. Vamos a salir por todos los rincones del país al encuentro de ese empleado público que tiene miedo de perder su empleo, de ese obrero esforzado que nunca vota y de esos cientos de miles de jóvenes que sueñan con el cambio, pero que todavía no han dado el paso definitivo para sumarse a este proyecto. Son millones de personas que debemos incorporar a esta ola de progreso, con la vista puesta en la construcción de un país de bienestar y seguridad para todos por igual. Ellos nos acompañarán en esta victoria histórica que estamos labrando para el próximo 7 de octubre, en la consolidación de esa nueva mayoría que abrirá las puertas de un futuro mejor para todos Quiero dar las gracias a ese millón de ciudadanos que llenó las calles de Caracas el domingo pasado, por dar un paso al frente y acompañarnos a hacer historia; y quiero invitar a esos millones de venezolanos que quieren un futuro mejor para sus hijos a unirse a nosotros en esta marcha rumbo al progreso.
Estamos convencidos: el futuro ya comenzó, y lo estamos construyendo todos juntos. Fuerza y fe, Venezuela.
