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Prensa salvadoreña El Diario de Hoy entrevista a Leopoldo López

Por junio 19, 2010 octubre 1st, 2020 Sin comentarios

Entrevista Exclusiva a Leopoldo López en el principal diario de El Salvador El Diario de Hoy por el periodista Paolo Luers.

Foto: www.elsalvador.com

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Leopoldo López es un dirigente cuyo rol dentro de la oposición democrática cambia drásticamente en cada coyuntura, aunque parece anclado en sus principios de renovación, participación ciudadana y su irreverencia frente a las cúpulas partidarias.

En 2000, con sólo 29 años, fue electo alcalde de Chacao, uno de los municipios que componen la capital, Caracas. Era uno de jóvenes rebeldes que fundaron el partido opositor Primero Justicia, y luego otro con más vocación social y popular, llamado Un Nuevo Tiempo. Con este partido fue reelecto en Chacao con más de 80% de los votos, convirtiéndose en la nueva estrella en el firmamento de la dispersa oposición

En enero de 2008, cuando por primera vez entrevisté a este descendiente de dos de las más destacadas familias de Venezuela, Leopoldo López Mendoza fue el candidato a la Alcaldía Mayor de Caracas. Todo el mundo pensaba que, luego de una victoria en esta carrera, Leopoldo López se iba a convertir en el más probable aspirante para sacar a Hugo Chávez de la presidencia.

Pero lo sacaron de la carrera electoral, en la cual las encuestas le dieron una mayoría aplastante. La Contraloría General de la República lo inhabilitó como candidato – inconstitucionalmente, pues las acusaciones nunca se materializaron en ninguna corte. La Alcaldía Mayor de Caracas la ganó Antonio Ledezma, quien representa la otra cara de la oposición, la vieja clase política de la Cuarta República, cuya decadencia y corrupción abrió el camino para el ascenso al poder del teniente coronel Hugo Chávez.

Cuando volví a platicar con Leopoldo López en el año 2009, lo encontré al punto de salir de su partido UNT, que para su gusto había perdido su carácter rebelde para convertirse en un partido tradicional. López me explicó que quería construir una organización capaz de movilizar a la ciudadanía y así revitalizar la oposición. “No quiere ser oposición, quiero ser alternativa”, era su credo.

Ahora lo encuentro en las oficinas centrales de su nueva organización “Voluntad Popular”. Un lugar lleno de jóvenes, muchos de los cuales han sido protagonistas de las movilizaciones estudiantiles de 2007 que impidieron a Chávez el triunfo de su referéndum sobre la reforma constitucional.

Dentro de la oposición democrática que se está preparando para las elecciones a la Asamblea Nacional en septiembre de 2010, Leopoldo López sigue siendo un elemento incómodo, por su permanente cuestionamiento de las negociaciones cupulares y su insistencia en apertura, pluralidad y participación ciudadana. Le encanta este papel de rebelde, no sólo contra el régimen, sino también dentro de la oposición.

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¿Hay un proyecto de país alternativo que la oposición presenta a la población?

Tenemos una propuesta clara que tiene como punto de partida el respeto a la Constitución. Por varias razones. Primero, porque es una Constitución donde está establecido la convivencia democrática, los derechos, la autonomía de los poderes públicos, la propiedad privada. A pesar de que el gobierno en sus inicios desarrolló ese proyecto constitucional, hoy lo está violentando en todos sus aspectos. Segundo, partir de la Constitución le da estabilidad a un proyecto futuro, no les plantea a los venezolanos más incertidumbre. Tercero, partir de la constitución permite incorporar a las personas que vienen del oficialismo.

¿En el momento de más polarización, tú hablas de reconciliación?

No hay proyecto alternativo si no se incorporan a las personas que vienen del oficialismo. Esto no ha sido comprendido en su totalidad por la oposición tradicional. No toda la oposición es la misma: hay una oposición comprometida con un proyecto restaurador de lo que fue la política del pasado -y hay otro proyecto orientado hacia la renovación. Y en esa orientación de renovar la política, nosotros inscribimos la incorporación proactiva de quienes vienen del oficialismo y quieren defender la constitución y la democracia.

¿La Constitución Bolivariana como guión de la renovación?

El país hoy está tan destruido que nada más con hacer cumplir lo que está planteado en la Constitución ya es un programa de años. En la Constitución está planteada la autonomía de los poderes públicos – hoy en Venezuela no hay autonomía de los poderes públicos. En la Constitución está planteado el carácter federal y descentralizado del Estado venezolano, que hoy está seriamente vulnerado. En la Constitución está consagrada la propiedad privada -hoy vulnerada de una manera evidente. En los últimos cuatro años ha habido 792 expropiaciones. En la Constitución está consagrada la libertad de expresión – hoy abiertamente vulnerada. En la Constitución está consagrado el derecho al debido proceso, que hoy está completamente vulnerado.

He hablado con dirigentes del PPT (Patria para Todos; partido de izquierda) y me dicen lo mismo que tú me acabas de decir: buscar un punto de encuentro que gente que viene del oficialismo y gente de la oposición pueden adoptar conjuntamente: el compromiso por la Constitución…

Te lo pongo de la siguiente manera: Hay que superar los extremos. Hay que superar al gobierno, pero también hay que superar las prácticas fracasadas de la oposición. Hay una parte de la oposición, que lleva conduciendo ya casi 12 años de derrotas y siguen siendo los mismos capitanes al frente del barco. Esa oposición hay que superarla.

¿Entonces, la oposición sigue dividida?

No. Hay diferencias y hay que plantearlas claramente. Esto no significa que vamos a ser un factor de división que debilita las posibilidades de victoria en las elecciones. Hay unas prácticas dentro de la oposición que mantienen la polarización. De esta polarización se nutre el gobierno y se nutre una parte de la oposición tradicional. Pareciera que su interés es mantenerse en oposición.

Este debate dentro de la oposición no es muy abierto ni claro…

Nosotros, Voluntad Popular, estamos llevando la vanguardia en ese debate. Este movimiento que estamos formando, las posiciones que yo en lo personal he tomado, están abriendo este debate. Esto nos ha hecho merecedores de muchos apoyos, pero también de mucha resistencia.

Entonces, ¿hay una tercera propuesta?

Hay tres propuestas planteadas. Una es la revolución, que está llevando a Venezuela hacia un proyecto con las características de Cuba, en todo sentido: en lo social, en lo militar, en lo económico, en lo político. Luego, un proyecto restaurador, con políticas y prácticas que son las mismas que trajeron a la victoria al chavismo. Y un proyecto incipiente de renovación. Están enfrentadas la revolución y la restauración – y nosotros tenemos el desafío de construir la renovación. Hay una buena parte de los venezolanos que no se identifican ni con el gobierno ni con la oposición.

¿Sería correcto decir que mientras las oposición no se defina por una renovación en ese sentido, la gente no le va a dar la confianza mayoritaria para gobernar?

Estoy convencido de eso.

¿Si no se da un proyecto de renovación, la gente queda con el oficialismo?

O se queda en la abstención. Si hay algo que es incluso más fuerte que el rechazo al oficialismo, es el rechazo al pasado. Y eso hay que entenderlo, eso no va en contra de nadie en particular, eso es algo que ya está dentro de la configuración cultural de los venezolanos de hoy.

La renovación que estás planteando, ¿también implica un relevo generacional?

Necesariamente. Hay que plantear un relevo generacional y de ideas. Hay que plantear un encuentro con personas y grupos que vengan del oficialismo.

Para plantear lo último, ¿ves una erosión en el bloque del oficialismo? Habrá más grupos que están por apartarse de la línea autoritaria e interesados en buscar consensos con ustedes sobre un programa de renovación y de políticas sociales?

Esa erosión, como tú la llamas, no solamente se manifiesta en gobernadores, en alcaldes, en figuras emblemáticas. La veo todos los días en toda Venezuela: ciudadanos comunes que se están desprendiendo del oficialismo. Ahora, el desafío está en construir una pista de aterrizaje para que esas personas puedan ser parte de un proyecto alternativo.

¿Habrá una oferta de inclusión?

Hay que construirla. Debe ser sincera y tiene que haber una demostración clara de distanciamiento de las políticas tradicionales…

¿Distanciamiento no significa ruptura, división de la oposición?

No. Tenemos que ir todos unidos a las elecciones. Pero más importante que eso es tener una propuesta clara que pueda ser atractiva para la inmensa mayoría de los venezolanos. Y las propuestas de la política tradicional no lo son. Para poder lograr los cambios que necesita Venezuela, no solamente es necesario ser mayoría, sino que tenemos que articular una mayoría organizada. Y si me llevas al extremo en esta línea de argumentación, te diría que es preferible tener una minoría organizada alrededor de una propuesta clara que una mayoría dispersa sin proyecto.

¿De qué tipo de organización estás hablando?

Organización en el ámbito comunitario, en el ámbito local -ahí está el trabajo de las redes populares que tú conociste la última vez que viniste. Eso ha evolucionado y crecido mucho. Hay que hacer un planteamiento organizacional que penetre a los trabajadores y a los jóvenes, que hoy por hoy son los más afectados…

¿Qué pasa con el movimiento sindical? Yo lo encuentro bastante enfrentado al chavismo…

En la primera página del periódico de hoy sale una líder del sindicato de enfermeras de la Maternidad Concepción Palacios. Fue puesta presa, por una protesta contra el ministerio. En la medida en que esas organizaciones de trabajadores se mantengan atomizadas, aisladas unas de otras y sin un proyecto nacional, el gobierno los va a sofocar. En la medida que los trabajadores que se metan a un proyecto alternativo, se va a fortalecer un movimiento sindical. No hay renovación democrática ni proyecto alternativo si no cuenta con los trabajadores y estudiantes. Estos son los dos pilares que tenemos que organizar.

¿Me puedes describir las diferencias entre lo que tú llamas el proyecto tradicional o de restauración y el proyecto de renovación?

Un ejemplo: nosotros en Voluntad Popular asumimos la bandera de las primarias para la escogencia de los candidatos. Ha sido una lucha muy dura. Nos enfrentamos a la política tradicional, la cual construyó al final una unidad de la burocracia partidista. Los que están ahí representados y fotografiados son los que hacen vida en los partidos políticos. Nosotros seguimos siendo de la convicción que en la unidad, para que sea una unidad ganadora, había que incorporar a la mujer, por ejemplo. ¿Sabes cuántas mujeres hay en la plancha de la oposición? Una. Bueno, en el oficialismo no es que haya muchas más.

¿Qué otros sectores había que incluir?

Los gremios, los sindicalistas, los jóvenes, los independientes.

¿Qué otras diferencias hay?

Hubo integrantes de los partidos tradicionales que dijeron públicamente que sobre su cadáver iban a apoyar a alguien que venía del oficialismo. Bueno, nosotros nos desmarcamos completamente de una posición como esa. Creemos en un proyecto plural, que por supuesto tiene que incluir a la izquierda que se desmarca de Chávez. Precisamente ahí hay una diferencia importante entre los dos proyectos que hay dentro de la oposición: restauración versus renovación.

¿Tú hablas con el gobernador de Lara, Henri Falcón, quien acaba de renunciar al PSUV, pero sin alinearse con la unidad opositora?

Claro, con cualquier venezolano. Tenemos una coincidencia, porque durante ocho años él era un alcalde destacado dentro del oficialismo y yo un alcalde destacado dentro de la oposición o dentro de la alternativa. Siempre hubo una buena comunicación alrededor de temas que nos eran comunes.

Un pronóstico. ¿Cómo piensas que la oposición va a salir en las elecciones de septiembre? ¿Cuál es tu definición de éxito?

La definición de éxito que asumió la Mesa de Unidad es ganar la mayoría, que son 83 diputados. Es el desafío que había que asumir. Ahora, para cumplir, tenías que construir la unidad -y no se hizo.

¿No hay suficiente unidad para alcanzar esta meta?

La unidad que se tiene no es la mejor posible…

Por lo menos se ha garantizado que no va a ver dispersión del voto opositor. Hay candidatos únicos de toda la oposición.

Es un paso indispensable, pero no es suficiente. Para ganar el Mundial no es suficiente tener 11 jugadores todos uniformados. Que tengas 11 jugadores con el mismo uniforme es una condición básica, pero no es suficiente para ganar. Puedes participar, pero en condiciones adversas. Ahora, eso no es suficiente. Tú tienes que tener a los mejores jugadores, con las mejores destrezas, unos hacia delante, otros en la defensa, otros arqueros, y una buena banca. Entonces, el hecho que tengamos candidatos únicos es algo básico, pero no más…

Después de esas elecciones, independientemente de como salgan, ¿cómo se va a construir la unidad para la siguiente ronda, que es la presidencial?

Tiene que haber primarias. Las primarias, desde mi punto de vista, llegaron para quedarse. Aunque no hayan sido respaldadas por la Mesa de Unidad de los partidos políticos, salieron casi medio millón de venezolanos a votar, en solamente 15 circuitos. La gente quiere ser parte del cambio.

Entiendo que tú no estás de acuerdo con una unidad negociada entre cúpulas partidarias…

Yo insisto, la unidad es una condición necesaria, mas no suficiente. Se hacen unas comparaciones con lo que ocurrió en la transición democrática de Chile o España. En ambos casos había acuerdos negociados básicos para el proceso de transición a la democracia. Pero aquí las condiciones no están dadas para copiar acuerdos como el pacto de punto fijo en el año 58 en Venezuela, o la concertación del 89 en Chile, o el pacto de la Moncloa en España. Estos fueron acuerdos entre élites que de alguna manera eran representativas. En la Venezuela de hoy, si no se abre la compuerta a la participación masiva de los ciudadanos, no se tiene el anclaje suficiente para que un proyecto sea sostenido en el tiempo. Es decir, aquí no hay acuerdo entre partiditos que tenga la fuerza suficiente. Por lo tanto, hay que incorporar a la ciudadanía activamente, hay que incorporarla en los procesos de decisión, en la lucha, en el sueño, en la reconstrucción.

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